Sabemos de las dificultades y obstáculos que atraviesan los gobiernos populares de nuestra región y los embates que recibimos de parte de los factores de poder más concentrados. El poder financiero, los grupos monopólicos, las grandes corporaciones, junto a ese otro gran factor de poder en que se han constituido las cadenas mediáticas hegemónicas no toleran los grandes avances sociales y las políticas de inclusión que estamos aplicando en la región. Es por eso que se empeñan en falsear la realidad y destinan ingentes recursos para propagar la sensación de que estos procesos populares pueden ser doblegados.
Para profundizar la construcción de las políticas pos-neoliberales asumidas por nuestros gobiernos es fundamental que el próximo 26 de octubre Dilma Rousseff y el pueblo brasileño obtengan el triunfo electoral.
La reelección de Dilma es una necesidad para avanzar cada vez más en un modelo articulación económica política y social que sea motor de la integración popular latinoamericana. Es el mandato que desde el fondo de la historia reclaman nuestros pueblos y que, como nunca antes, nuestros gobiernos - en el caso de Brasil con las dos presidencias del compañero Lula - desde hace más de 10 años llevan adelante.
Firmantes:
Daniel San Cristóbal, Frente Grande; Gustavo Lopez, Forja; Eduardo Sigal, Fundación Acción para la Comunidad; Marcelo Duhalde, Memoria y Movilización Social; Luis D'Elía, Partido MILES; Patricio Echegaray, Partido Comunista; Partido Humanista; Carlos Raimundi, Solidaridad e Igualdad; Néstor Piccone, Política y Comunicación; Pedro Wasiejko; Propuesta Política de los Trabajadores; Oscar González, Socialistas para la Victoria; Hugo Cañón, Miembro de la Comisión Provincial por la Memoria; Antonio Cartañá, exombusman de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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